Adentro la fiesta continuaba, nosotros escapamos a los jardines, debajo de la palmera iluminada nos empezamos a besar tímidamente, luego el encuentro se volvió mas acalorado. Nos fuimos despojando primeramente de los zapatos, después el fular voló por los arbustos, el moño negro del jacket quedó colgando en el cuello, las manos furtivas empezaban a recorrer los cuerpos. Ya con el cierre bajo y la pollera arriba, escuchamos pisadas y risas. Corrimos a escondernos en una arboleda mas tupida, las voces pasaron cerca, pero no nos vieron. La adrenalina de ser descubiertos nos despertó más el deseo, se volvio todo tan intenso que no volvimos hasta el amanecer.
Cuentos e historias breves
Portón
Desde el portón arrumbrado veo el jardín dónde alguna vez fuimos felices. Corríamos incansables entre los árboles, jugábamos a las escondidas y a la mancha. Solo se detenía la diversión cuando salía la abuela con la chocolatada y las galletitas recien horneadas. Todos corríamos a abrazarla y a merendar para recuperar fuerzas. Hoy solo quedan ruinas que son salvadas por el recuerdo.
Final
Estaba mirando fijamente el techo, como giraban las aspas del ventilador, un wiskie en la mano, un cigarro en la otra, los libros desparramados en el suelo y yo sin poder encontrar una solución. Las luces se volvían más difusas, mis pensamientos caóticos y mi cuerpo cada vez más laxo, se me aflojaron las manos y mi cabeza se desplomó. Ahora entiendo todo, el final estaba cerca.
Selfie
VAMOS A INMORTALIZAR EL MOMETO! dijimos mientras sonreíamos de oreja a oreja y sacabamos la selfie. El tiempo pasa irremediablemente, y dejar registro de la alegría, del amor y de la vida es lo más preciado. Todo lo demás se va, solo quedan para siempre los recuerdos de los momentos en que fuimos verdaderamente felices.
Sentidos
No hay nadie, o casi nadie alrededor. En mi soledad tomo mi guitarra, compañera de aventuras, afino sus cuerdas, y empiezo a tocar. Con su sonido me abstraigo del mundo, no me importa el público, ni los aplausos, ni los elogios, solo me importa la sucesión de notas que forman la canción. Eso completa mi alma, eso le da sentido a mi vida.
Castillo Encantado
Desde el jardín miro la casa dónde pasé tantos veranos, tantos juegos, tanta vida. Esa cúpula triangular me despertaba fascinación, definitivamente, era mi castillo. Entre las nubes grises imaginaba que aparecía un dragón para que pudiera subir en su lomo y dar unas vueltas. También imaginaba que con reluciente armadura y blandiendo una espada iba arriba de un caballo blanco para cuidar los límites del reino. Desde esa cúpula jugaba a ser princesa y me peinaba mis largos cabellos para atarlo y llenarlo de flores. Hoy solo observo, hoy solo recuerdo.
Foto: Monica Jurjevcic